PRESCRIPCIÓN DEL EJERCICIO PARA
PACIENTES CON FIBROMIALGIA.
1. FIBROMIALGÍA.
La fibromialgia es una enfermedad que fue reconocida como tal por la
organización mundial de la salud en 1992, esta patología se caracteriza por la
sensación de dolor crónico. (Collado, 1990).
Esta patología es un síndrome, crónico caracterizado por dolor
musculo-esquelético e hipersensibilidad en zonas anatómicas concretas (puntos
gatillos) (Secretaría de salud, 2009).
La fibromialgia se caracteriza por la existencia de un dolor constante en
diferentes estructuras músculo-esqueléticas, por ello para diagnosticar la
enfermedad se lleva a cabo mediante una interrogación al paciente sobre su
historial clínico y una exploración de los puntos del dolor (Collado, 1990).
Según Torres (2006), se establecieron los criterios de diagnóstico
para la determinación de los puntos del dolor, 18 puntos situados en aquellas
partes del cuerpo donde existe mayor sensibilidad al mismo. Son estos los que
determinan el diagnostico de esta enfermedad, ya que, si se detecta un umbral
superior a 11 puntos de dolor se puede decir que el paciente padece
fibromialgia.
2. ETIOLOGIA
La etiología o las causas que provocan esta enfermedad son hasta el momento
desconocidas y su diagnóstico se lleva a cabo únicamente sobre bases clínicas.
Algunos autores afirman que los factores emocionales o físicos son los
causantes de esta enfermedad. Haydée (2012) apunta al factor psicológico en el
tratamiento de la patología.
A lo largo de los últimos años se han debatido los orígenes de la aparición
de la fibromialgia, que finalmente se sostiene en que determinados agentes como
los trastornos emocionales, el estrés físico y mental y la exposición a
ambientes secos y fríos empeoran la sintomatologia (Haydée, 2012).
Algunas investigaciones
afirman que el origen de esta patología se debe al factor genético, en cambio
otras afirman que su aparición se debe a enfermedades reumáticas, como la
artritis (Haydée, 2012).
3. PRESCRIPCIÓN DEL EJERCICIO EN
FIBROMIALGIA
Según diferentes estudios (Ayán 2010, Casals et al., 2011; Chicharro et
al., 2008 & Serra et al., 2004), se establece que la participación en
diferentes programas de entrenamiento individualizados mejora la calidad de
vida de las personas con fibromialgía reduciendo así los problemas de insomnio,
el estrés psicológico, la fatiga, los puntos de dolor, etc, pero es
evidente que el ejercicio físico no afecta de la misma forma a todos los
sujetos.
La importancia en la prescripción del ejercicio se basa en la
individualización del programa de entrenamiento, elección de los ejercicios y
en la correcta dosis de ejercicio para cada individuo, siempre teniendo en
cuenta el mayor número de factores.
Los ejercicios de fuerza se establecen en la ultima parte de un programa de
entrenamiento a la hora de prescribir ejercicios para estos pacientes. Los
ejercicios de fuerza producirán una adecuada masa muscular, así como la
disminución del riesgo de lesión muscular y de la sensibilización central
producida por tareas cotidianas. Con una prescripción adecuada de ellos se
mejorará un aumento de la fuerza máxima, de la capacidad funcional y se
reduce el impacto a nivel neuromuscular.
Es importante reducir el
componente excéntrico en estos tipos de ejercicios ya que este componente es el
que mayor tensión produce y de esta manera, los pacientes se podrán beneficiar
de las correctas adaptaciones al entrenamiento.
Con la realización de
ejercicios de flexibilidad, siempre realizados con el menor dolor posible se
conseguirá relajar los músculos mediante estiramientos que previenen el riesgo
de agravar aún más dicha patología.
Según Durántez, (2008) los ejercicios de equilibrio estático y dinámico
evitan caídas en estos pacientes.
Según Busch y cols (2002), el ejercicio más beneficioso para los
pacientes de fibromialgia es el ejercicio aeróbico debido a la reducción del
estrés, la ansiedad y mejora de la calidad del sueño, y debido a la mejora en
el dolor de los puntos gatillos.
Con este tipo de pacientes tenemos que tener en cuenta antes de poner en
práctica el programa si son capaces de pasar posición sentada a bipedestación y
aguantar la postura sin problema alguno. De no ser así, tendríamos que comenzar
con ejercicio de fuerza y aeróbico sentado (Durántez, 2008).
- Tipos de ejercicio:
- Ejercicios aeróbicos.
La prescripción correcta e individualizada de ejercicios aeróbicos de bajo
impacto tales como caminar, bicicleta estática y ejercicios en el agua son los
que mejor resultados dan para esta patología. La duración destinada a estos
ejercicios debe ser de más de 20 minutos, con una intensidad baja según las
características del individuo. Por ultimo la frecuencia es un aspecto muy
importante para producir las correctas adaptaciones, se deberán realizar dos
sesiones como mínimo a la semana.
- Ejercicios de fuerza.
Se deberá trabajar esta cualidad teniendo en cuenta la percepción subjetiva
del esfuerzo, se trabajará entre cuatro y seis en una escala de
diez,según la sintomatología del individuo y teniendo en cuenta todo los
factores como por ejemplo edad, descompensaciones musculares, actividad laboral
etc.
- Ejercicios de flexibilidad.
Es necesario realizar ejercicios de flexibilidad para una mejora en la
relajación de los músculos, los estiramientos se deberán realizar sin producir
dolor y se debe mantener durante 10-20 segundos aproximadamente.
- Ejercicios acuáticos.
Los ejercicios acuáticos son los que mejor resultado dan, debido al bajo
impacto y a la relajación muscular que se producen en ellos. Es necesario que
la temperatura del medio acuatico sea aproximadamente 34º ya que el frío agrava
la sintomatología de esta enfermedad.
4. CONCLUSIÓN
Como conclusión, una correcta prescripción del ejercicio en pacientes con
fibromialgia reducirá los puntos de dolor, el estrés y mejorará la calidad del
sueño y bienestar general del paciente. El ejercicio aeróbico y el ejercicio en
el medio acuático con una temperatura adecuada son dos factores determinantes y
muy beneficiosos para los pacientes con esta patología
.
El ejercicio físico prescrito de manera adecuada mejora la sintomatología
de esta enfermedad pero hay más factores que hay que tener en cuenta como por
ejemplo la nutrición y la psicología por lo que un trabajo multidisciplinar
también será importante.
5. BIBLIOGRAFIA
Ayán, C.L., (2010). Fibromialgia y ejercicio físico. En C.L. Ayán.
Fibromialgia: Diagnóstico y estrategias para su rehabilitación (123-144).
Madrid: Médica Panamérica.
Busch, A., Schachter, C. L., Peloso, P. M. & Bombardier, C. (2005).
Ejercicios para el tratamiento del síndrome de fibromialgia. (Revisión Cochrane
traducida). En Biblioteca Cochrante Plus, 2005 Número 4. Oxford: Update
Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com (traducida de The
Cochcrane Library, 2005 Issue 4. Chichester, UK: John Wiley & Sons,
Ltd.).
Casals, C., Vázque, M.A. y Casals, J.L. (2011).Prescripción de actividad
física en pacientes con fibromialgia. Revista: Semergen, vol. 37(7): 360-366.
Disponible en
http://www.elsevierinstituciones.com/ficheros/pdf/40/40v37n07a90024851pdf00
1.pdf
Collado, A. (1990). ¿ Qué es la fibromialgia?. Arthritis Rheum, 33, 160-172
Durántez, A. (2008). Fibromialgia. En J.L. Chicharro y L.M. López.
Fisiología clínica del ejercicio (p.p255-263). Madrid: Médica
Panamericana.
Haydeé, A (2012). Fibromialgia. El síntoma de lo desconocido. Buenos Aires:
Dunken
Serra, R, & Bagur, C., (2004). Prescripción del ejercicio físico para
la salud. Barcelona: Paidotribo
Torres, M y Compañ, V (2006). La experiencia del dolor. UOC: Barcelona
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